Reservation!!

Eναηєѕсєηсє Jue Ago 06, 2009 7:58 pm

Aquí dejo mis reservas:

AnnaLynne McCord {Yvette Donovan}
Matt Lanter {Clay Miller}

Eναηєѕсєηсє Jue Ago 06, 2009 9:33 pm

Yvette Donovan
Claudia Yvette Donovan || 170 años (aparenta 22) || No Trabaja || Vampiro
(BSO) Shiny Toy Guns - Frozen Oceans

Reservation!! Yvettegrande

Biografia: Yvette nació en Connecticut en 1860 siendo la única hija de un matrimonio bien acomodado. Siempre estaba rodeada de gente a pesar de no tener hermanos, su familia era bastante numerosa. Su padre era un hombre de negocios dueño de una cadena de casinos que empezaban a revolucionar las noches de la ciudad, los ingresos que percibían estaban muy por encima de los demás habitantes de la zona, lo que llevó a los Donovan a convertirse en una de las familias más recurrentes del lugar. Yvette crecía ajena a todo este mundo, centrada únicamente en vivir una infancia prácticamente perfecta. La internaron en un colegio de señoritas dónde se pasaba todos los días, a excepción de los fines de semana, cuando les permitían regresar a sus casas para ver a sus padres. Era tan pequeña cuando entró que eso pasó a ser una rutina. Los años pasaron en esa línea y jamás le sucedió algo que pudiese alterar su realidad. Su destino estaba trazado, ya sólo podía esperar al paso del tiempo para que todo lo que sus padres habían planeado para ella, sucediese. Quería estudiar, uno de sus rasgos primordiales era esa inteligencia de la que gozaba y no hacía alarde. Por eso decidió ingresar en la universidad para estudiar Medicina, una carrera que siempre le había apasionado por darle la oportunidad de salvar vidas, algo que ella consideraba como el mejor don que una persona podía poseer.

Seguía viviendo en Connecticut por aquel entonces, todavía en la casa de sus padres, ya que le quedaba poco tiempo para conocer al hijo del matrimonio que ellos habían elegido para que se convirtiese en su esposo. Una Donovan no podía permitirse el lujo de caminar sola, pero parecía que el destino corría esta vez de parte de una Yvette que lo único que deseaba era terminar sus estudios y trabajar por ella misma, encontrar al verdadero amor sin que nadie lo buscase por ella y ser feliz. Siempre pensó que no pedía demasiado, lo malo es que eso sólo lo pensaba ella. Estaba en el último año de carrera cuando le fue diagnosticado un tumor en el útero, las pruebas llevaron a la conclusión de que era maligno, sufría cáncer y ya poco se podía hacer por ella. La metástasis estaba extendida, los médicos que la examinaban a expensas de sus padres no tenían ninguna esperanza. Su vida se vino abajo, guardó su secreto y no le dijo nada a nadie para poder vivir en paz el tiempo que le quedaba. Pero su mentor no podía ver cómo la vida de Yvette se iba apagando poco a poco, rompió muchas de las reglas existenciales y contactó con un viejo amigo de su familia, un hombre que llevaba vagando por el mundo durante mucho tiempo, demasiado, alguien a quién una vez ayudó y que ahora podía devolverle el favor. Se puso en contacto con él, se trataba de un hombre de mediana edad, apuesto y simpático, un hombre muy diferente a los que Yvette había conocido antes. Su mentor habló con ella en privado, le explicó la procedencia de su ahora doctor, un vampiro que había sido convertido hace mucho tiempo cuando regresaba a casa una noche de invierno. El shock que siguió a esa noticia desapareció cuando ambos cruzaron unas cuantas palabras, la encandiló, puede decirse que ella se sintió prendada de él desde el primer momento.

Al examinarla corroboró lo que los demás médicos ya habían pronosticado, se estaba muriendo, era imposible salvarla para que pudiese seguir siendo la humana que hasta ahora era. A pesar de eso, sin ser ambos conscientes de las intenciones de aquel mentor que les había unido, ambos comenzaron a entablar una bonita amistad. El permaneció al lado de Yvette en todo momento, aplacando ese miedo que sentía, dándole un apoyo que ella necesitaba tanto como el aire que respiraba. Pero los días trajeron consigo la decadencia de su estado, el cáncer seguía avanzando, se moría y ya era un hecho. Sólo le quedaban pocas horas, descansaba en una habitación en la casa de su mentor, con la compañía del vampiro que se había convertido en la parte más importante de su vida. Una mirada mientras Yvette agonizaba, un roce de sus manos, el último aliento de su corazón y la pérdida inminente de la persona que había despertado nuevamente su lado humano, fueron motivos más que suficientes para que tomase una dura decisión, pero una que posiblemente le salvaría la vida abriéndole las puertas de una eternidad que podría vivir con él. Esa noche Yvette abandonó la vida que conocía, dejó de ver el mundo con ojos de humana para verlo a través de los ojos de un vampiro. Una opresión en el pecho, la sed, el sentimiento de libertad, todo lo que su mentor deseaba, ahora lo veía cumplido. La muerte podía haber terminado con Yvette, pero la nueva oportunidad que le habían dado tenía que aprovecharla, ahora ya nadie tendría que decirle qué hacer o cómo hacer las cosas.

Transcurrieron largas semanas en las que su familia lloraba su pérdida, Yvette estaba muerta para el mundo y se iniciaba como vampiro gracias a la ayuda incansable de un mentor que cada día procuraba calmar su sed con sangre que le proporcionaba desde el hospital. Ella sabía que había llegado el momento en que debía salir al mundo, vagar por la eternidad con la persona que la había convertido, por eso dejó la casa esa misma noche para ir al encuentro de esa parte que seguía siendo tan importante para ella, junto al hombre que le había devuelto la vida, una vida que le embriagó desde el primer momento. Pero él no acudió a su encuentro, no apareció, la había abandonado. Nunca supo qué fue lo que ocurrió, nunca le dieron la explicación que estuvo buscando durante más de un siglo. Se encontró sola ante la eternidad, sintió nuevamente esa opresión en su pecho que creía controlada, y entonces, sin nadie que pudiese seguir dándole ese apoyo para soportarlo, Yvette se dejó llevar por su instinto. Comenzó a alimentarse de humanos, a saciar su sed y a ocultar el dolor, un dolor que aumentaba esos deseos de matar, los mismos que imposibilitaban que ella pudiese contenerse. Fueron años difíciles los que siguieron a su conversión, su raza se dividía en dos por la avaricia que envolvía a la mayoría de los que eran como ella. Yvette tuvo que decantarse por el clan que podía aportarle todo lo que ella buscaba y deseaba de la vida, la sangre humana, la muerte de esos miserables que sólo servían para que se alimentase. Quería el poder tanto como los demás, por ello permaneció siendo una Malkavian, repudiando a los que decidieron separarse, a los que les habían abandonado.

La palabra "abandono" todavía no es capaz de encajarla, transcurrió mucho tiempo desde entonces, pero el dolor sigue habitando en su interior, dirigiendo su vida sin que sea consciente de ello. Tal y como creía cuando era humana, en esta vida también le dieron la oportunidad de gozar de un don que sólo ha usado una vez, el mismo día que lo descubrió. Todavía vivía en la casa de su mentor, habían transcurrido pocos días desde su conversión y la sed fue más fuerte que ella. Se alimentó de él y bebió su sangre, se sintió saciada y completa, pero entonces también sintió una opresión diferente a la de la sed, el arrepentimiento. Estaba agonizando cuando Yvette extendió su mano sobre su cuello para esconder la mordedura ante sus ojos, no fue capaz de mirarle a la cara después de lo que había hecho. Sin embargo, sucedió algo inesperado. Cuando separó su mano ya no estaba la marca, su mentor volvía a respirar con normalidad y poco a poco fue abriendo los ojos hasta recomponerse del todo. Sanación, ese es el poder al que no recurre cuando ahora mata a la gente por puro placer. Siempre ha pensado en el momento en que sus caminos vuelvan a encontrarse, en las miles de formas con las que podría terminar con su vida, su guerra ya no era contra los de su especie, ni siquiera con los humanos. La propia guerra de Yvette transcurría dentro de ella, y era una guerra que llevaba siendo declarada desde el mismo momento de su conversión.

Clan al que pertenece: Malkavian
Relación con otros personajes: Conoce a los de su clan.
Imagen: AnnaLynne McCord
Nick: Eναηєѕсєηсє

Eναηєѕсєηсє Jue Ago 06, 2009 9:41 pm

Clay Miller
William Clay Miller || 23 años || Cazador || Humano
(BSO) Staind - Outside

Reservation!! Claygrande

Biografia: Clay nació en Nebraska, dónde su familia ha crecido desde hace muchos años, remontándose a varias generaciones de antepasados. Es el mediano de cinco hermanos, todos varones y atados a su casa, de dónde no han salido ni tienen pensado salir. Clay es el único de ellos que marca la diferencia, la oveja negra de la familia, por decirle de alguna forma. Cuando todos disfrutaban con largas jornadas campestres, él prefería quedarse en casa disfrutando de la soledad de su habitación, del silencio que envolvía a su hogar. Iba por libre y eso era algo de lo que disfrutaba. Sus padres ya pasaban de él porque le veían un caso perdido, además, tenían cuatro hijos más en los que centrar sus atenciones. Estudiaba en el colegio público de la ciudad dónde también era comparado incansablemente con los demás Miller, ya que él no seguía el tópico de chico popular, sociable e inteligente. Clay siempre fue algo reservado con sus cosas, no antisocial, pero sí muy retraído. No le gusta hablar con la gente y es un defecto suyo que no ha cambiado con el paso del tiempo.

Tenía 17 años cuando la monotonía de su vida comenzó a dar un vuelco. Se encontraba sólo en casa como de costumbre, sus padres habían salido con el resto de sus hermanos a disfrutar de las fiestas del pueblo, y su abuela, una anciana a la que ya no le gustaba salir por ahí, se había quedado en casa descansando y bajo sus cuidados. Clay sólo tenía que procurar que no necesitase nada, era una tarea fácil. Se encontraba en su habitación escuchando música cuando un fuerte ruído resonó en toda la casa. Se levantó de la cama y bajó al piso de abajo llamando a su abuela para ver si estaba bien. No escuchó respuesta alguna y eso le preocupó. Caminó por el largo pasillo que daba al salón, dónde horas antes la había dejado viendo la televisión y cenando un plato de sopa. Escuchó ruídos que no pudo reconocer y le fue casi imposible relacionarlos con ella. Cuando atravesó la puerta, la visión de su abuela tirada en el suelo rodeada de un charco de sangre le hizo entrar en una fase de shock de la que no salió hasta pasados unos cuantos segundos, los que tardó en llamar la atención de eso que se cernía sobre el cuerpo sin vida de su abuela.

Cuando su mirada se encontró con la de ese ser, supo enseguida de qué se trataba. Frío, con la mirada inyectada en sangre, salientes colmillos y un reguero de sangre cayendo por su barbilla. El corazón se le encogió en el pecho, no pudo apenas moverse, sólo alcanzó a lanzarle un viejo cuadro de la familia que no llegó a rozarle siquiera. Pero cuando creía que ya todo iba a estar perdido para él, su tío, hermano pequeño de su madre, irrumpió en la casa consiguiendo que el vampiro huyese por la ventana y se perdiese en la oscuridad de la calle. Fue demasiado tarde para salvar a su anciana abuela, había muerto desangrada en el acto, pero no fue tarde para salvarle a él. Se pasó la siguiente semana encerrado en su habitación, pensando en aquella noche, alimentando las ansias de venganza. Su tío apareció en la casa siete días después, obligándole a salir de la habitación y proponiéndole algo que aceptó enseguida, ayudarle. El se dedicaba a la caza de vampiros, tenía tiempo para enseñarle cómo acabar con ellos, cómo convertirse en alguien como él, seguir su estela como cazador, ya que era el único sobrino que veía con algo de sangre en las venas, a los demás les veía como faltos de algún herbor.

Clay hizo sus maletas y se unió a su tío. Desde los 18 años viaja con él por los EE.UU buscando venganza, intentando dar con el vampiro que mató a su abuela. Sabe que es complicado dar con él, pero su tío ya se había enfrentado a él en otra ocasión y se creía capaz de seguir su pista. No volvió a ver a sus padres, ni siquiera a sus hermanos, después de mucho tiempo comenzó a cambiar, a volverse como su tío. Tenía atractivo, descubrió que tenía buena labia y sus dotes para la caza eran buenas. Se convirtió en su orgullo, en el hijo que nunca tuvo, por eso no dudó en dar su vida por él cuando una noche fueron atacados por sorpresa por varios vampiros del clan Malkavian, entre los que estaba el que mató a su abuela. Su tío murió esa noche y Clay se juró a sí mismo vengar esas dos muertes que tanto le han marcado. Ha intentando seguir el rastro de ese maldito vampiro y eso le ha llevado hasta Luisiana, dónde tiene la sensación de ver por fin cumplido ese deseo de venganza.

Clan al que pertenece: Humano
Relación con otros personajes: No conoce a nadie.
Imagen: Matt Lanter
Nick: Eναηєѕсєηсє